jueves, 18 de febrero de 2010

EL DIA DEL SECRETARIO...

Mariamconhumor...

Autor: Gustavo Ardila Gómez...


Aprendimos los lectores de Pedro Cuadro Herrera, el pasado Domingo, en el suplemento Imágenes, que ciertas palabras abarcan los dos géneros, masculino y femenino. Por ejemplo, al decir los niños de primaria, se refiere a niños y niñas, y entonces no hay necesidad de decir los niños y las niñas de primaria.  Si se dice –otro ejemplo- el hombre es un ser racional, el término hombre también abarca a la mujer, sin que se quiera decir que el hombre es un ser racional y la mujer, un irracional. Jamás.


Hago esta consideración porque desde el viernes pasado las secretarias andan de mucha celebración, porque desde hace varios años se viene diciendo que el 26 de abril es el día de las secretarias.  La duda que me carcome es la siguiente: Cuando se habla del día de las secretarias ¿el término también abarca a los secretarios?Y la carcomezón me sacude, a raíz de que ahora ocupo un cargo de secretario (de la Academia de Historia de Norte de Santander), y en mis interiores (quiero decir, en mi fuero interno), abrigaba la esperanza de que alguien se dejaría venir no con un ramo de rosas, ni con una torta, ni con una serenata, sino con una botella de güisky, por ejemplo, o un buen sancocho a la orilla del río, o algún otro menú varonil.Esperanza inútil. Vinieron las celebraciones sólo para las secretarias. Almuerzos, el viernes. Rumba, el sábado. Y hoy, no sé qué más. Les pregunté a algunos secretarios de Despacho y a secretarios de la Alcaldía, si para ellos había habido siquiera algún detalle, un mínimo recordatorio, pero la respuesta fue la misma:   

No, mi amigo, los secretarios no jugamos en esta ocasión. La fiesta es sólo para las secretarias.
  

¿Se tratará, acaso, de una odiosa discriminación, de las muchas que hay en este país?  ¿Por una simple vocal, los secretarios tenemos que resignarnos a estar por fuera de los agasajos de este día? ¿O, acaso, debemos reconocer que el destino nos jugó una mala pasada y nos puso donde no ha debido ponernos?
  
Cierto es que las secretarias son bonitas, y los secretarios, en su mayoría, feos. Las secretarias le ponen alegría a la cosa y endulzan la vida; en cambio, somos pocos los secretarios que sabemos de eso, de endulzar la vida.  Las secretarias caminan con donaire, con elegancia, con distinción. La distinción, el donaire, la elegancia no son precisamente los fuertes de los secretarios.
   
Cuando alguien llega a una oficina, va pensando en encontrarse allí un churro de vieja, de piernas despampanantes y escote provocativo, llamada secretaria. Y a veces la encuentra. Pero si el tipo es de malas, se topa es con un secretario, desabrido, malgeniado, calvo y, en ocasiones, hasta cascorvo.
   
Todo eso es cierto. Soy el primero en reconocerlo. Pero creo que ello no es motivo para que nos hagan el feo en esa celebración tan especial. A menos que a Gladys Navarro y a su gente de Fenalco se les ablande el corazón y decidan instituir el día del Secretario (con mayúscula). Pero cuando eso suceda, con el perdón de Pedro Cuadros, no vamos a tener en cuenta a las secretarias, aunque digan que el término abarca a hombres y mujeres. Ojo por ojo y diente por diente, nos enseña la Biblia.
 
Está bien. No nos tengan en cuenta. Hoy es el día de las secretarias. Es duro reconocerlo, pero se lo merecen, por su inteligencia, su belleza, su vocación de servicio. Feliz día, colegas. 

Fuente: La Opinión-Cúcuta...

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